Ninguno de los dos creia en el destino y este se vengó para hacerse notar,
les va poniendo mas piedras en el camino; pero yo juro fui el testigo de esa magia que ellos seguiran compartiendo eternamente; entre el tedio y la pasion, el instinto y la razon, entre la perseverancia y
la cruel resignacion;
esa magia que nos los va dejar ser, nunca los va dejar ser, dos amantes del monton.
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