domingo, 13 de marzo de 2011

 Aprendí que los amores eternos pueden terminar en una noche, que grandes amigos pueden volverse grandes desconocidos. Que nunca conocemos a una persona de verdad, que todavía no inventaron nada mejor que el abrazo de mamá.  Que el "nunca jamas" nunca se cumple y que el "para siempre", siempre termina.


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