¿Por qué seguimos en una relación insana, a sabiendas de que no nos aman? Esperar a que te quieran puede ser una de las experiencias más humillantes y tristes: "Ya no me abraza, ya no se preocupa por mí" o "Nunca me he sentido realmente amada o amado". ¿Qué esperas, entonces? Mendigar amor es la peor de las indigencias, porque lo que está en juego es tu persona, y si el otro, el que está por "encima", acepta dar
limosnas, no te merece.
¿Quién tiene el poder en una relación? No es el más fuerte, ni el que tiene más dinero, es el que necesita menos al otro. Si tu pareja puede prescindir de ti mucho más fácil de lo que tú puedes prescindir de él o ella, hay que equilibrar la cuestión.
Si no te quieren, no es negociable. ¿Qué vas negociar, qué acuerdos vas a. proponer si no hay sentimiento, ni ganas ni deseo? ¡Que mala consejera puede ser a veces la esperanza! En ocasiones, la crudeza de la realidad o la más dolorosa desesperanza nos quita la carga de un futuro inconveniente. Si bajara un ángel y te dijera que tu pareja nunca podrá amarte de verdad, por lo menos como te gustaría, ¿seguirías manteniendo la relación? ¿Qué harías? Para mi es claro que si alguien titubea o duda de que me ama, no me ama. "Dame un tiempo", "Déjame pensarlo" o "No estoy seguro": excusas o mentiras. Si es evidente que no te quieren y sigues allí a la espera de la resurrección amorosa, dispuesta o dispuesto a responder a cualquier insinuación, te extralimitaste: estás del otro lado. Y si tu sensación de insatisfacción afectiva persiste a pesar de tus justos redamos, ya tienes resuelto el problema. No hay dudas: no te aman, y alguien tiene que irse.
1 comentario:
Cuesta creer cuantas adicciones hay...Sería muy fácil si sólo hubiera drogas, alcohol y tabaco. Lo más difícil de superar una adicción es QUERER superarla. Nos enganchamos por un motivo, no? Algunas veces, demasiadas veces, lo que empieza como algo normal en tu vida, se convierte en una obsesión, y de repente, dejas de controlarlo. Buscamos la euforia, eso que logra que todo lo demás... se desvanezca. Lo malo de las adicciones es que NUNCA acaban bien. Llega un momento en el que lo que nos ponía eufóricos, deja de hacerlo y empieza a DOLER. Dicen que no superas tu adicción hasta que no TOCAS FONDO, pero... cómo sabes que lo has tocado? Porque por mucho que algo te duela, a veces, dejarlo marchar, DUELE AUN MAS.
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